NUEVA YORK.- Como amante del baloncesto, el 15 de junio de este año el niño dominicano Wilson Batista, de 13 años, jugaba en un parque de Long Island junto a compañeros de escuela y vecindario, cuando de repente, una bala perdida lo impactó en el cráneo.
La fecha se convirtió para él y sus padres – Wilson y Ramona Batista - de alegría deportiva en un terrible vía crucis de tragedia, dolor y desesperanza, ya que los médicos, no daban garantías de que pudiera sobrevivir.
Desde el día en que fue baleado el jovencito estuvo en cuidados intensivos bajo los ingentes esfuerzos de un formidable equipo médico y acompañado por las oraciones de sus progenitores.
Hoy y ya en su casa, para ellos, lo que ocurrió fue un milagro, sin ninguna otra palabra para describir cómo Wilson sobrevivió a la bala. La madre explicó, señalando la cabeza del muchacho, la trayectoria de la bala que entró por el lado derecho de la cara y se alojó en el cráneo.
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